martes, 2 de febrero de 2010

Sin sentido

A Yulia Vasilievna

Tan poquita cosa, en eso ha devenido esta administración. Ya no existe ese furor que había el 4 de noviembre de 2008 en la Milla de Oro. Ahora hasta sus adeptos han renegado del gobernador por el cual votaron, para que conste más de tres veces. De aquella apabullante oleada azul sólo quedan los recuerdos. Los abrazos y las risas se han convertido en rechazos y amarguras. Esto hace valer aquella tesis que afirma que la derrota muchas veces viene enmascarada de la victoria.


El ejecutivo y el legislativo constantemente están polarizados. La comunicación se ha divorciado de esta administración. Ni hablar de los jefes de agencia, los cuales como caciques mandan en sus bateyes sin tener una noción clara de las directrices que se imparten. Para colmo gritan y profieren improperios contra los que difieren de su política neoliberal y gastada. Les llamaron usuarios de drogas a los que de manera pacífica marcharon el 15 de octubre y les hacen caso omiso.

Ningunean a la prensa del país mientras esta busca la verdad objetiva. Esconden la agenda diaria del gobernador para evitar preguntas que ponen el dedo en la llaga. Se enfrascan en discusiones triviales para desenfocar la empantanada realidad en la que está sumido el país. Se lanzan retos de hombría desde las sillas del Capitolio y hacen mal uso del poder que le han otorgado los constituyentes.

Aprueban proyectos de ley sin los debidos estudios de las comisiones, creyendo tener las soluciones mágicas a todos los problemas. Manosean la Constitución y elucubran remendarla como sastres desquiciados.

El sangriento fin de semana rompió el medidor de paciencia. Se siguen sumando manchas al currículo. Ya no está tan limpio, las mentiras lo han empañado. Los discursos ininteligibles sólo tienen sentido para los sin sentido. En pocas palabras, nonsense, como diría el inglés, just nonsense.