miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Protección e integridad?

El clima de violencia en el que vive sumido Puerto Rico, no es lógico que los funcionarios que se encargan de combatir el mismo ocupen las portadas de los rotativos del país en lo que va de semana. Si las noticias fueran positivas, sería otra la historia. Ejecuciones, abuso del poder, negligencia en las intervenciones y violaciones al debido proceso de ley, representan una parte de esas primeras planas. La última victima, un anciano de 77 años no podrá defenderse de los argumentos que arrojará la investigación, se cerrará el caso y la vida continuará.

¿No están los policías adiestrados para lidiar con personas y momentos de crisis? ¿Qué pasó con aquello de inmovilizar e inhabilitar a una persona violenta para que no se haga daño así misma y a los que están a su alrededor? Las contestaciones a estas preguntas las puede dar hasta el ciudadano de a pie que no está familiarizado con los requisitos y procedimientos de la Policía de Puerto Rico.

En todos y cada uno de estos sucesos, la respuesta del cuerpo policiaco va en desproporción a la violación de ley que se comete, que en el caso del joven Vega Jorge ni siquiera tenía un arma. Existen policías que hacen valer la ley con rectitud y probidad, pero también están los que piensan que con un roten y un arma pueden arrestar, acusar, dar sentencia y ejecutar la misma.

Los procedimientos y los protocolos de intervenciones de la Policía de Puerto Rico deben ser revisados con prontitud. La justicia pertenece a una parte importante de todos los derechos que otorga la democracia. En estos tiempos es duro decirlo, pero no tenemos ni siquiera la percepción de la justicia.

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